Durante los últimos años, una de las grandes revoluciones tecnológicas ha sido el desarrollo de las cadenas de bloques o «blockchain». Esta tecnología permite la realización de transacciones entre dos o más personas sin necesidad de intermediarios, lo que la hace especialmente valiosa en el mundo digital. A través de una base de datos distribuida y algoritmos de consenso, blockchain garantiza la transparencia y seguridad de las transacciones.
Blockchain más allá de las criptomonedas
Aunque inicialmente blockchain se asoció con la creación de criptomonedas como el Bitcoin, su potencial va mucho más allá. Jaime Navón, Jefe del Diplomado en Blockchain de la Universidad Católica, destaca que esta tecnología es capaz de manejar cadenas de valor de forma muy transparente, lo que la hace aplicable a diversos sectores.
Uno de los usos emergentes de blockchain es su aplicación en iniciativas ambientales, tales como la conservación de ecosistemas, la certificación de créditos de carbono y la incentivación del reciclaje mediante criptomonedas locales.
Blockchain y la sostenibilidad ambiental
El blockchain funciona como un libro contable digital en el que se registran todas las transacciones de una red. Cualquier miembro de la red puede registrar operaciones, pero solo se validan aquellas que han sido aprobadas por consenso. Esta característica le otorga un valor significativo en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.
Transparencia en los mercados de carbono
Uno de los sectores que más ha adoptado blockchain es el mercado de bonos de carbono. Estos bonos representan el derecho a emitir una tonelada de CO2 y son adquiridos por empresas que buscan compensar sus emisiones. La plataforma Eco Registry, con sede en Colombia, utiliza blockchain para registrar y garantizar la transparencia en la compraventa de estos créditos.
María Adelaida Correa, Directora de Sostenibilidad del Grupo ISA, enfatiza que esta tecnología permite asegurar que los créditos no se dupliquen y que su registro sea confiable. Esto facilita el cumplimiento de normativas ambientales y aumenta la confianza en estos mercados.
Blockchain y el reciclaje
Otra aplicación innovadora de blockchain en la sostenibilidad es su uso en el reciclaje. Un ejemplo es el Proyecto Colmena en Argentina, donde se implementó una criptomoneda llamada JellyCoin para incentivar la participación ciudadana en el reciclaje.
Gracias a blockchain, cada etapa del proceso de reciclaje puede ser rastreada y verificada, asegurando que los incentivos lleguen a quienes realmente contribuyen a la economía circular.
El potencial de blockchain para transformar el mundo va más allá de las criptomonedas. Su aplicación en la sostenibilidad ambiental demuestra que esta tecnología puede contribuir a la transparencia, la trazabilidad y la eficiencia en iniciativas ecológicas. Desde la certificación de créditos de carbono hasta la incentivación del reciclaje, blockchain está emergiendo como un aliado clave en la lucha contra el cambio climático y la promoción de prácticas sustentables.